viernes, 25 de noviembre de 2016

Libertad, libertad...

Bonito término, sin duda. ¿Quién no sueña con crecer, vivir o desarrollarse en "libertad"? Todos, supongo, anhelamos sentir que somos protagonistas de nuestra propia historia. Es maravilloso, sin duda. Al mismo tiempo, es difícil: hay que tomar decisiones sin saber si serán acertadas. Hay que consensuar con quien te puede ayudar. Se debe gestionar la incertidumbre, la sensación de vacío, de no saber muy bien el qué, el para qué o el cómo.
Es normal pasar por esa fase. Lo extraño sería lo contrario, en tanto indicio de que alguien te está mostrando el camino y sólo hay que recorrerlo para llegar a un final predefinido. Mas, ¿eso es libertad? ¿eso es experimentar? ¿eso es autorealizarse? ¿eso es descubrir?

Siempre he creído que la seguridad es un sentimiento falso. Quizás cómodo, sí, pero falso. Pensar en un método docente "seguro" o en un tipo de estudiante "seguro", en un libro "seguro", etc. no es otra cosa que buscar un argumento para no salir de espacios de confort.

Vivir es aprender. Para aprender hay que descubrir. Para descubrir hay que atreverse. Para atreverse hay que luchar. Naturalmente no es un proceso fácil, ya lo he dicho. Implica esfuerzo, voluntad y mucho tesón. También pasar por momentos bajos. Leed a Séneca ("De la Providencia") quien hace ya bastantes siglos aseguraba que sólo a los "grandes" se les giran malos vientos para que puedan vencerlos.

En cualquier caso soy optimista. Estoy completamente convencido que cuando veáis vuestros resultados, sentiréis una enorme satisfacción por el camino hallado. Habréis diseñado y ejecutado una actividad original incidiendo positivamente en un entorno cercano. Habréis disfrutado junto a vuestros compañero/as. Estaréis seguros que nada os podrá detener en vuestro empeño de ser grandes profesores.

Muchas gracias por la oportunidad de vivir esta experiencia a vuestro lado.
Saludos,

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